El
edificio más antiguo y el más noble del Monasterio de San Juan de Ortega, es la
Capilla de San Nicolás de Bari. También se le conoce como "Capilla del
Santo".
Fue construida por el mismo Santo para dar cumplimiento a una promesa. Cuando Juan llegó a estos parajes para hacer vida eremítica, construyó -con la autorización de doña Urraca- un sencillo refugio. Sirvió para acoger a algunos peregrinos y como casa de los primeros compañeros y familiares que vinieron a Ortega y se quedaron para ayudarle en su obra.Regresando de Tierra Santa, una furiosa tempestad amenazó con hacer naufragar el barco que lo traía. Nuestro Santo se puso en oración y suplicó al Señor, por intercesión de San Nicolás de Bari, que los salvase del peligro. Respaldó su oración con la promesa a San Nicolás de edificarle una ermita. Se obró el milagro y Juan cumple su promesa. Rica o pobre, una vez terminada pudo traer a ella las numerosas reliquias que con tanto cariño reunió en los santos lugares. Entre ellas, la de San Nicolás de Bari, su abogado y protector. La pequeña capilla fue elegida para enterrar al Santo.
La Capilla de San Nicolás o Capilla del
Santo, ocupa el lugar donde originalmente construiría San Juan de Ortega la
capilla construida en honor de quien le auxilió en su regreso marítimo de la
peregrinación a los Santos Lugares. Era el lugar donde depositaría las
reliquias que trajo y donde, a su muerte en 1163, se dispuso el Sepulcro de San
Juan de Ortega, que fue embellecido con el sepulcro románico de fines del siglo
XII y aumentado con el baldaquino construido
en 1474.
El exterior de la Capilla, en la que
vemos unas ventanas tardogóticas, tiene añadida una amplia fachada a manera de
gran arco triunfal clasista que parece obra de hacia 1600. En 1909 se colocó
ante su puerta una valiosa reja renacentista la cual se remata con escudo con
las armas de Rojas y Avellaneda.
Dice la historia del Santuario que el año
1477 realizó una visita la reina Isabel la Católica, atraída por la fama del
Santo y de los deseos de cesar en su esterilidad: "Al entrar en la Capilla
del Santo, dijo al Obispo de Almería D. Juan de Ortega, que venía a su lado:
¡Que pobre está la Capilla! el Obispo la dijo. Si V. Alteza lo manda, yo la
mandaré hacer. El Santo premió a la reina dándola sucesión después de siete
años de deseos.
El interior es una amplia nave cubierta
por tres bóvedas de crucería con nervios que nacen de los capiteles, que se
adornan con claves con el escudo del Santuario, además de otra mayor en la
cabecera con el escudo real que incluye la granada. El espacio interior está
dividido actualmente por una reja dispuesta en el año 1547.
Preside hoy la estancia un retablo
barroco, de mediados del XVIII, que es un relicario. En el centro se aprovechan
dos relieves romanistas de finales del siglo XVII, uno representa a San Nicolás
de Bari, con mitra y báculo y a San Juan
de Ortega, vestido como canónigo regular agustiniano. Otro relieve tiene a Santa
Ana con la Virgen y el Niño. Remata el conjunto una pequeña imagen de San
Jerónimo. Los armarios del retablo contienen reliquias tras sus puertas.
En su día esta capilla estaba llena de
ex-votos, especialmente cuadros que narraban los milagros operados por
intercesión del Santo.
A un lado permanece una tribuna elevada
del siglo XVI, donde estaría el órgano contribuyendo a la liturgia musical de
los jerónimos, en la que la oración y el canto coral constituía parte
fundamental.
Aún se conserva la verja que protegía el
baldaquino del Santo hasta 1963 que fue retirado de esta capilla junto con el
sepulcro románico y el sepulcro con los restos del Santo.
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